¿Qué es la compensación climática y por qué debemos participar de ella?

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Los cambios climáticos han sido a lo largo de la historia del planeta tierra, abruptas variaciones que han desencadenado consecuencias ambientales globales. Se estima que durante los últimos 650 000 años han existido 7 ciclos climáticos de glaciación y calentamiento, el último de ellos hace cerca de 11700 años, que marcó el fin de la última era glaciar y el comienzo de la era moderna.

A diferencia de la actualidad, los cambios climáticos en el pasado tuvieron en común razones completamente naturales, la mayoría de ellas atribuidas a pequeñas variaciones en la órbita planetaria que cambiaron la cantidad de energía solar que nuestra tierra recibía; pero también de fenómenos como la actividad volcánica que en ciertas etapas de la historia terrestre incrementaron las temperaturas del planeta, pero lo hicieron inhabitable en su mayoría.

Todos los cambios climáticos tienen en común ser tan acelerados que no permiten la adaptación de la mayoría de formas de vida, los ciclos de extinciones masivas permiten a muy pocas especies animales y vegetales sobrevivir. Se trata de una reacción en cadena que no sólo depende de la adaptación de un ser vivo a las variaciones de temperatura, sino a la pérdida de recursos vitales.

Comenzando por la labor ecológica de miles de especies vegetales y animales y el delicado equilibrio climático que requieren para sobrevivir, la consecuencia de su extinción provoca la escasez de alimento para ciertas especies, que eventualmente son parte de la cadena alimenticia de organismos más grandes. Un dato interesante que no debemos dejar de tomar en cuenta respecto a los cambios climáticos, es que son muy pocos los organismos que suelen sobrevivir a ellos, casi siempre especies pequeñas que tienen cualidades de adaptación a condiciones extremas impresionantes. Cada cambio climático tiene como consecuencia la extinción masiva de la vida en todos sus niveles.

¿En qué consiste la crisis climática actual?

Todo lo anterior es un contexto necesario para tener una perspectiva más consistente sobre la crisis climática que vivimos en la actualidad, especialmente para ayudarnos a desmontar una idea que aún prevalece en muchos lugares del mundo y que sostienen sin ningún sustento que el cambio climático es sólo un mito. Los hechos evidentes y las investigaciones sostienen inequívocamente que nos enfrentamos a la crisis climática más abrupta que haya existido nunca antes.

Contrario a los anteriores ciclos climáticos del planeta tierra que tuvieron motivos completamente naturales, el calentamiento global actual es, sin lugar a duda una crisis provocada en todos sus niveles por la actividad humana. Se estima que esta acelerada curva de calentamiento no tiene más de cien años de haber comenzado, particularmente a partir de la primer mitad del siglo XX, donde la actividad industrial tuvo una aceleración exponencial, especialmente en países como Estados Unidos de Norte América, que actualmente es uno de los 10 principales generadores de Co2 per cápita y el segundo a nivel mundial en emisión por consumo de combustibles fósiles y actividades industriales.

Comparativa: Emisiones de CO2 2020
Gráfico que muestra los países con mayor nivel de emisiones de Co2 per capita / Vía datosmacro.expansion.com

El avance del cambio climático actual es tal que la emisión de Co2 durante los últimos 50 años ha superado todo precedente en la historia de la tierra, llegando a más del doble del nivel más alto registrado en cientos de miles de años. Es decir que el calentamiento global de nuestra era está ocurriendo aproximadamente diez veces más rápido que cualquier otro calentamiento global registrado antes de la última era de hielo. Esto se explica por el incremento en las emisiones de Dióxido de Carbono, que actualmente son 250 veces más que la calculada por la emisión en fuentes naturales.

Compensación de carbono, la forma más responsable de enfrentar la crisis climática.

Ante las evidencias científicas y en que en la vida cotidiana muestran en innumerables formas, los efectos adversos del cambio climático, y la urgencia por frenar y eventualmente revertir este fenómeno, la compensación de Co2 es uno de los mecanismos más efectivos para dar el primer paso hacia invertir la tendencia de la crisis climática actual.

Cada persona y actividad humana tiene una huella de dióxido de carbono proporcional a sus actividades y estilo de vida. El origen de la crisis se debe a que su magnitud es tal, que no existe una vía natural que permita hacer una compensación de estas emisiones.

Existen tres maneras de neutralizar nuestra huella de carbono. La primera de ellas consiste en evitarla, es decir, que las actividades humanas sean sustentables al grado de evitar la emisión de gases de efecto invernadero.

La segunda vía para neutralizar la huella de carbono, consiste en reducir las emisiones. Lo que significa que a nivel de hábitos personales, los individuos podamos adaptar nuestras actividades a aquellas que generen un menor nivel de emisiones contaminantes, como reducir el uso del automóvil, consumo de productos industriales, etc. En el ámbito empresarial la reducción de la huella de carbono debe ser regulada gubernamentalmente, obligando a las empresas a cumplir con protocolos ambientales que les permitan cumplir con sus actividades productivas evitando procesos lesivos para el medio ambiente.

Aunque los organismos federales proambientales como la Agencia Federal del Medio Ambiente consideran la “compensación de carbono” como último recurso frente a la tarea de Evitar y Reducir, el nivel actual de emisiones de Co2 que la actividad humana genera, rebasa en gran magnitud la simple adopción de medidas preventivas. Es decir que, actualmente la compensación del carbono es un recurso que debemos asumir a nivel individual y empresarial como una obligación. Incluso sobre quienes aún no están asumiendo su responsabilidad al respecto.

Desde un enfoque individual es muy común pensar que las personas tenemos poco poder para mitigar la crisis ambiental, debajo de empresas y actividades industriales que son las principales responsables. También es común pensar que nuestra responsabilidad ambiental es sólo individual, y que no tenemos un papel que asumir respecto a otras personas que aún no están haciendo su parte. La realidad es que ya no estamos a tiempo de recriminar o justificar nuestra actividad con la del resto. La responsabilidad ambiental es ahora y tiene que ser una actividad permanente para quienes sabemos de la gravedad de la crisis climática.

La compensación de carbono es un método por medio del cual los individuos y empresas reducen la emisión de gases de efecto invernadero por medio de una compensación efectuada en otro lugar.

Existen muchos mecanismos de compensación de carbono, desde la inversión en proyectos de energías renovables, actividades de mitigación del cambio climático como actividades forestales o destrucción de contaminantes industriales.

En ASES, nuestro compromiso y actividad proambiental en el apoyo a empresas e individuos para desarrollar proyectos de ingeniería ecológica, innovación y transición ecológica nos ha llevado a evolucionar en Nat 5. Nuestro proyecto basado en la blockchain está diseñado para llevar a personas y organismos en todo el mundo herramientas de compensación de carbono en la medida de su inversión en nuestro proyectop moneda Nat5.

El tema de cómo combinamos Nat5 con nuestras iniciativas de compensación de carbono es aún algo de lo que nos queda mucho por conversar.